Olvidan que la historia nos ha enseñado que lo parece verdad en determinado momento resulta ser un gran error después de algunos años. Así ocurrió en Alemania, que al recuperarse de la terrible crisis de la primera post-guerra, bajo el gobierno del Nacional-Socialismo, creyó que esa forma de gobierno dictatorial y la ideología racista era el camino del éxito. Apoyaron a Hitler y olvidaron que las dictaduras siempre terminan en la corrupción, no sólo en el plano socio-económico, sino en el ideológico. El ‘éxito’ momentáneo, los llevó a creer en las prédicas de la superioridad aria y toda esa monserga de afirmaciones que hoy nos parecen absurdas y de esa manera fueron llevados a una guerra de dimensiones apocalípticas.
La verdad, no es patrimonio de nadie. Con el pasar de los siglos la vamos develando, incluso en la ciencia. Recordamos que Galileo casi fue quemado vivo, que a Colón lo creyeron loco y que Darwin desafió todas las creencias bíblicas que nadie discutía en su tiempo. En política, las ideas marxistas eran una verdad ‘científica’ y que el avance de la historia terminaría por acabar con el capitalismo, hasta no hace muchos años. Hoy, hay quienes creen que el neoliberalismo es el único camino posible. Los procesos son más complejos y nadie puede negar que el ‘capitalismo’ que criticó Marx está hoy teñido de socialismo. Las grandes conquistas laborales, como las jornadas de ocho horas, las vacaciones, la seguridad social, etc., se deben en buena parte al temor que causaron las revoluciones rusa y china; y que lo que ha fracasado con la ‘caída del muro’ es el estado totalitario. Marx fue un filósofo extraordinario, cuyo análisis de la realidad de su época fue certero, pero se equivocó cuando se metió a profeta y se puso a predecir el futuro. El mayor problema lo causaron algunos de sus seguidores quienes se confundieron y asumieron que se trataba de una religión, sino pregúnteles a muchos de los militantes de izquierda de los setentas: si se citaba en medio de una polémica a uno de sus clásicos (Marx, Engels, Lenin o Mao), nadie se atrevía a contradecirlos, como si no pudieran haberse equivocado.
Mas de lo ocurrido con la izquierda, deberían aprender los neoliberales de hoy. Que momentáneamente aparezcan como triunfadores, no quiere decir que tengan la verdad. El mundo da muchas vueltas y con el tiempo descubrirán que una cierta dosis de escepticismo siempre es conveniente. Lo que parece cierto hoy, puede ser falso mañana.
San Isidro, 6 de diciembre de 2009
La verdad, no es patrimonio de nadie. Con el pasar de los siglos la vamos develando, incluso en la ciencia. Recordamos que Galileo casi fue quemado vivo, que a Colón lo creyeron loco y que Darwin desafió todas las creencias bíblicas que nadie discutía en su tiempo. En política, las ideas marxistas eran una verdad ‘científica’ y que el avance de la historia terminaría por acabar con el capitalismo, hasta no hace muchos años. Hoy, hay quienes creen que el neoliberalismo es el único camino posible. Los procesos son más complejos y nadie puede negar que el ‘capitalismo’ que criticó Marx está hoy teñido de socialismo. Las grandes conquistas laborales, como las jornadas de ocho horas, las vacaciones, la seguridad social, etc., se deben en buena parte al temor que causaron las revoluciones rusa y china; y que lo que ha fracasado con la ‘caída del muro’ es el estado totalitario. Marx fue un filósofo extraordinario, cuyo análisis de la realidad de su época fue certero, pero se equivocó cuando se metió a profeta y se puso a predecir el futuro. El mayor problema lo causaron algunos de sus seguidores quienes se confundieron y asumieron que se trataba de una religión, sino pregúnteles a muchos de los militantes de izquierda de los setentas: si se citaba en medio de una polémica a uno de sus clásicos (Marx, Engels, Lenin o Mao), nadie se atrevía a contradecirlos, como si no pudieran haberse equivocado.
Mas de lo ocurrido con la izquierda, deberían aprender los neoliberales de hoy. Que momentáneamente aparezcan como triunfadores, no quiere decir que tengan la verdad. El mundo da muchas vueltas y con el tiempo descubrirán que una cierta dosis de escepticismo siempre es conveniente. Lo que parece cierto hoy, puede ser falso mañana.
San Isidro, 6 de diciembre de 2009
Alonso Nuñez del Prado (CVX Siempre, Abogado-MBA)
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