15 agosto, 2012

Vergüenza injustificada

Imagen: Diario La República
por Alonso Núñez del Prado S.* 

Cuando me enteré del decreto de la Secretaría de Estado del Vaticano, sentí vergüenza de que mi Iglesia esté tan pobremente representada por una jerarquía que sin duda ha perdido sentido de realidad y cree que todavía está en la Edad Media en la que todos tenían que obedecer sus decisiones, aun cuando carecieran de fundamento. Mas, pensándolo bien, recordé que no tenía por qué sentirme avergonzado, ya que yo no había elegido a semejantes representantes. La Iglesia es de las pocas instituciones que todavía no se ha democratizado y mantiene un sistema monárquico, que, dicho sea de paso, no tiene nada de cristiano en el sentido de corresponder a las enseñanzas de Jesús. Lo que viene pasando al interior, sólo corrobora la tesis de que va siendo hora de que el régimen del Papado termine y regresemos a nuestros orígenes del cristianismo de las catacumbas, cuando los obispos eran elegidos por los fieles y el lujo y boato de la Curia Romana hubiera sido impensable, mucho más en los tiempos de Jesús de Nazareth, quien vivió ayudando a los marginados, enfermos, prostitutas y otros tenidos como escoria en la sociedad de entonces.

En realidad, debo reconocer que esta sensación ya la tuve cuando citaron al Rector a Roma para atenderlo quince minutos, pero la actitud de las autoridades universitarias de allanarse a un diálogo que estuvo muy cerca de tener un buen resultado, me permitió alimentar ilusiones que hoy veo fueron equivocadas.

Ayer durante el almuerzo mi esposa y mi hijo me confesaron que había dejado de ser católicos y me temo que el indicado Decreto fue la gota que rebalsó el vaso. Sospecho que algo similar ha ocurrido con buena parte de los alumnos, ex-alumnos y profesores de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Pregunto, entonces ¿no se supone que la función de los pastores debería ser mantener unida a su grey, preocupándose hasta por una sola oveja que se pierda?

Otro efecto que tendrá lo ocurrido es que el rechazo de un gran sector de católicos a Cipriani, se extenderá a la toda la jerarquía vaticana, a la que hace mucho tiempo se le perdió el respeto, justamente, porque no practica las enseñanzas que predica: al Jesús nacido en un pesebre, hijo de un obrero y una campesina que pasó su vida optando por los pobres y humildes con un discurso anti-sistema que lo llevó a morir ejecutado como un criminal, como también murieron la mayor parte de profetas que lo precedieron y seguirán por ese camino quienes se atrevan a ser la boca de Dios.

Me he sentido regresado a los tiempos de Galileo y la Inquisición en que la Iglesia se sentía dueña de la verdad y era incapaz de contemporizar con otras posiciones. Estoy seguro que este intento de atropello, porque no creo que pase de eso, terminará con el tiempo como los casos mencionados: con un pedido de perdón, en este caso al pueblo peruano, que gracias a Dios no tiene, esta vez que agachar la cabeza diciendo para sus adentros, ‘eppur si muove’.

San Isidro, 23 de julio de 2012

* Abogado MBA, CVX Siempre

1 comentario:

  1. Lucia Corzo27 agosto, 2012

    Es sin duda una excelente reflexion, es por eso que los cristianos como su nombre lo dice, debemos seguir a Cristo y sus ensenanzas y no a doctrinas de hombres que son falibles y nos pueden conducir a error.
    Gracias por esta reflexion Alonso.

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