Preparando el corazón para la asamblea mundial CVX
Hablar de nuestras raíces es algo familiar cuando lo tenemos incorporado de modo consciente y forma parte de nuestro recorrido, nuestro caminar aceptado, aunque no sea del todo conocido. Ya en CVX Perú tuvimos ocasión hace unos 6 años de “recuperar” nuestra historia singular, donde descubrimos que los iniciadores de nuestra CVX todavía estaban (Lecaros, Granados, Poblete, etc.), se les podía ubicar, alguno recuperar a la vida activa de CVX, otros aceptar que fueron por nuevos o caminos distintos.
Lo importante fue recuperar nuestra noción de origen, saber un poco más lo que había sido nuestro itinerario cuando a fines de la década de los ‘60s se fue constituyendo la CVX Perú, en sintonía con la entonces llamada (y novísima) Federación mundial de CVX. Lo más interesante fue constatar nuestra rica diversidad de experiencias, ya que el devenir de la CVX en nuestro país no sólo recogió a su antecedente más inmediato, las Congregaciones Marianas, si no que bebió de varias otras iniciativas que surgieron en esos años, por el empeño de jesuitas y laicos que se inspiraron de modo diverso (Vásquez, Granda, etc.).