por Alonso Nuñez del Prado*
En los últimos tiempos las bajas pensiones que han resultado del sistema de jubilación que manejan las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP’s) han generado un debate amplio y del que podríamos sacar mucho provecho si las conversaciones en el Congreso resultan de ideas y de provecho para el Perú en vez de las clásicas derivadas de intereses y prebendas. Hay varios aspectos que vale la pena mencionar.
1. ¿Aportes forzosos o voluntarios?
La obligatoriedad –discutible constitucionalmente– se podría fundamentar en la necesidad de crear en la población conciencia de las ventajas de ahorrar para tener una vejez digna y también en la importancia que tienen las AFP’s en el mercado financiero como agentes captadores de fondos e inversionistas que además está supervisado por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP’s.
No encuentro, sin embargo, razones para que coticen los dependientes y no los independientes. Habiéndose optado por hacerlo forzoso tendrían que cotizar todos. Lo que podría establecerse a partir de la fundamentación de crear conciencia de prevención es un plazo durante el cual la afiliación y aportes sean imperativos, vencido el cuál éstos pasarían a ser voluntarios y las AFP’s tendría que vender sus productos como cualquier otra empresa haciéndolos atractivos para el público.
16 septiembre, 2014
14 septiembre, 2014
Asumir nuestra responsabilidad
por Guillermo Valera*
Más allá de las agendas previstas, la siguiente asamblea nacional CVX (a realizarse en noviembre) debiera intentar reflexionar y entroncar tres cuestiones: la misión, el sentido de lo comunitario y la colaboración. Además, por supuesto, de renovar el equipo del Consejo Ejecutivo.
Sobre la misión, hay una buena reflexión recogida en la última asamblea mundial y sus conclusiones, las mismas que debieran ser objeto de volver sobre ellas y ver en qué nos inspira y de qué modo. Lo más importante de ese tema no son las cuatro campos de misión que se logra identificar (globalización y pobreza; ecología; familia; juventud), podrían haber sido otros temas. Lo más significativo es que se ubica como “cuestión previa”, como base fundamental, el sentido de vivir toda la vida como misión, a partir de lo que es la experiencia de cada uno en su vida cotidiana, integrando fe y vida. La vida cotidiana como base de nuestra misión y desde la que se puede comprender y emprender acciones mayores en campos de misión comunes (comunitarios o no), bajo la lógica del DEAE (discernir – enviar – acompañar – evaluar), tan vigente como necesario de incorporar en nuestro quehacer comunitario.
En ese sentido, detenerse sobre la misión debiera significar principalmente el insistir en ese sentido básico pero fundamental. Pues la misión no es una actividad (ni adicional ni principal), sino es la manera de situarnos en la vida, asumiéndola toda como misión, viviendo nuestro seguimiento de Jesús y discipulado en todos los aspectos de nuestra vida, con alegría, sentido de perdón, búsqueda de la justicia, compasión, amistad, servicio, amor. Si de esa refrescante reflexión se logra arribar a un campo de misión común para nuestra comunidad nacional, en buena hora. Pero sólo uno, el que tenga que ser. Con el cual nos identifiquemos en los siguientes 3 años de modo especial y procuremos todos aportar desde el lugar donde nos encontremos. Puede ser la educación, derechos humanos o cualesquiera de los sugeridos por la asamblea mundial.
Más allá de las agendas previstas, la siguiente asamblea nacional CVX (a realizarse en noviembre) debiera intentar reflexionar y entroncar tres cuestiones: la misión, el sentido de lo comunitario y la colaboración. Además, por supuesto, de renovar el equipo del Consejo Ejecutivo.
Sobre la misión, hay una buena reflexión recogida en la última asamblea mundial y sus conclusiones, las mismas que debieran ser objeto de volver sobre ellas y ver en qué nos inspira y de qué modo. Lo más importante de ese tema no son las cuatro campos de misión que se logra identificar (globalización y pobreza; ecología; familia; juventud), podrían haber sido otros temas. Lo más significativo es que se ubica como “cuestión previa”, como base fundamental, el sentido de vivir toda la vida como misión, a partir de lo que es la experiencia de cada uno en su vida cotidiana, integrando fe y vida. La vida cotidiana como base de nuestra misión y desde la que se puede comprender y emprender acciones mayores en campos de misión comunes (comunitarios o no), bajo la lógica del DEAE (discernir – enviar – acompañar – evaluar), tan vigente como necesario de incorporar en nuestro quehacer comunitario.
En ese sentido, detenerse sobre la misión debiera significar principalmente el insistir en ese sentido básico pero fundamental. Pues la misión no es una actividad (ni adicional ni principal), sino es la manera de situarnos en la vida, asumiéndola toda como misión, viviendo nuestro seguimiento de Jesús y discipulado en todos los aspectos de nuestra vida, con alegría, sentido de perdón, búsqueda de la justicia, compasión, amistad, servicio, amor. Si de esa refrescante reflexión se logra arribar a un campo de misión común para nuestra comunidad nacional, en buena hora. Pero sólo uno, el que tenga que ser. Con el cual nos identifiquemos en los siguientes 3 años de modo especial y procuremos todos aportar desde el lugar donde nos encontremos. Puede ser la educación, derechos humanos o cualesquiera de los sugeridos por la asamblea mundial.
09 septiembre, 2014
¿Cuidamos del otro?
Foto: NYX Mobile Mexico |
Cuidar del otro puede parecer algo banal o sin importancia por lo obvio o porque no entra en el chip con el que actuamos cotidianamente. Es obvio si lo referimos a los integrantes de una familia que vive una vida regularmente unida e integrada. Especialmente los padres son los llamados a “cuidar” y velar por el crecimiento de los hijos, al menos hasta cierta edad.
Ello no quiere decir que lo mismo va a ocurrir con los hijos respecto a sus padres cuando éstos crecen y los padres se vuelven ancianos o poco aptos de valerse “por sí mismos”. Pero, lo normal en una familia es que unos velen por los otros y viceversa. Podríamos decir que el cuidado de la naturaleza empieza por el cuidado de nosotros mismos como especie; movido no sólo por un “instinto de sobrevivencia” sino por una opción libre de crecimiento y sentido humano.
05 septiembre, 2014
¿Por quién votar en Lima?
Foto: "copiloto.pe" |
por Guillermo Valera*
Quien diría que tendremos elecciones municipales y regionales con un
supuesto ganador en Lima tan anticipado. Porque tener más de la mitad de la
intención del voto de modo tan sostenido en el tiempo, hasta aburre. Y
Castañeda Lossio, en su momento fue un gran artífice y gestor de las labores al
frente del Seguro Social y del propio municipio capitalino… Pero ¿también con él
jugamos a “no importa que robe (Comunicore y demás yerbas) si hace obra”?
Pero la gente quiere votar por él, a pesar que el Jurado Electoral
Especial le haya dicho, aunque sea de modo circunstancial, que ya no va su
candidatura por errar sistemáticamente en su hoja de vida. Quizás por algo casual
pero afín también a varios políticos, quienes como Alan García no se inmutan o
sonrojan que les corrijan la plana de “doctor” u origen de su formación profesional.
En el fondo no es el tema del grado académico sino de fe pública y del grado de
tolerancia que podemos tener frente a dichos “detalles” de la vida nostra.
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